sábado, 6 de noviembre de 2010
Me colé en una fiesta (Belinda)
martes, 2 de noviembre de 2010
Hay un amigo en mi (Eduardo)
domingo, 3 de octubre de 2010
Maquillaje (Belinda)
Estoy entusiasmada de empezar en un instituto humano. Ya he conocido a varias personas que van a estar en mi clase.
Me alegro de que Eduardo y Jaime estén en mi curso pero odio que Manuel también estará.
-¿Tienes los libros?-Eduardo deja el comic que está leyendo sobre la mesita de cristal y lee la lista del material escolar- ¿Y los bolígrafos?
-Síííí.
-Mirad lo que traigo- Marisa cierra la puerta con el pie y deja unas bolsas con todo el material escolar- ¡Los uniformes!
-¡Pero si queda un día aún!- Eduardo se sienta de un salto en el sofá y la mira enfadado- No quiero empezar a probarme la ropa ya.
-Tú no, pero Bel y yo vamos a comenzar a hacer la faldita ¿Quieres?
-Claro- Me levanto del suelo y dejo el mando de televisión sobre el cómic y sigo a Marisa al pequeño cuarto que me han dejado.
A pesar de ser muy pequeño me encanta esa habitación, es de color melocotón clarito y de muebles blancos de madera. En las paredes se ven marcas de celo y de chinchetas.
-Prefieres faldita o pantaloncito- Marisa comienza a sacar la tela azul de cuadros de la bolsa.
-Umm… Prefiero pantalón. Creo que es más cómodo.
-Igual que mi hija… Además me quedan monísimos.
Nos ponemos a cortar la tela y a coser. Es divertido estar las dos en el suelo riendo y charlando de nuestras cosas, me divierto mucho. Las horas pasan rápido y a las tres horas ya tenemos un par de pantaloncitos y un par de camisas con volantes en la parte de la botonera.
-Belinda, cariño. ¿Qué tal en casa? ¿Los amigos de Eduardo se portan bien contigo?
-Sí- Me entusiasma que se preocupe por mí- Jaime es muy majo, pero Manuel… es raro.
Ella se ríe y deja el set de costura en el suelo.
-Es muy fácil hacer que haga lo que quieras. Lo único es ir dándole galletitas.
Edu pica a la puerta y se sienta en la cama mientras contempla nuestro trabajo.
-¿Te apetece venir a la inauguración?
-¿I-na-gu-ra ¿qué?
-Inauguración. ¿Quieres venir?
-Vale.
Me quito el pijama y me pongo un vestidito blanco con lunares rosas y un lazo rosa en la cintura y unos zapatitos blancos.
Jaime espera en la puerta pero por fortuna no está Manuel.
-¿Qué tal estáis?
-Bien ¿Manuel?- Edu me cuelga un bolso en el que llevamos unos papeles y las llaves de casa.
-Encontró a Julieta y se fue corriendo tras ella.
-¿Quién es Julieta?-Pregunto contrariada.
-Julieta va ser la persona con la que nunca deberías hablar- Edu se pone muy serio y mira a Jaime que asiente con la cabeza- Siempre intentará que quedes por debajo de ella, no la dejes- Ahora se acerca a mi oreja y me susurra- Si intenta hacerte algo y yo no estoy no dudes en usar la magia.
Llegamos a un gran edificio donde miles de chicos y chicas miraban unas interminables listas en la puerta principal.
-Vosotros dos quedaros aquí, yo iré esta vez- Jaime se escurre entre la gente y Edu y yo nos sentamos en un banco que hay tras nosotros.
Una chica pasa ante nosotros. Lleva el pelo teñido, le veo las raíces de otro color. Y lleva mucho maquillaje, como el que me intenta poner Marisa todos los días.
-Chicos, vosotros estáis en la clase C y Manuel y yo en la D.
-¿Clase C?- Siempre había pensado que aquí iban por números, no por letras.
-Sí, tercero C.-Dice Daniel mientras deja sitio a Jaime en el banco- Que rollo que ya no estemos todos. El año pasado fue genial.
-Sí, pero Madame Flavia ya me dijo que ni se me ocurriese sentarme con Manuel en clase y que era un alivio tenernos a todos en clases separadas.
-Vaya con Madame. Yo que esperaba estar los tres pasando de la clase. Bueno, al menos estamos nosotros dos y no yo solo.
-¿No te gusta estudiar?- No me esperaba que en las clases se rieran e hiciesen lo que quisieran. Vaya decepción.
-No es eso- Me dice sonriente- Hay asignaturas que no me gustan, por ejemplo matemáticas o geografía.
La noche se me hace eterna, no puedo dormir. No dejo de revisar una y otra vez el plumier rosa de estrellas blancas, ni las libretas de anillas, ni los lápices recién afilados. No puedo esperar hasta mañana para entrar en clase y conocer a gente nueva, a estudiar, a hablar en clase con Eduardo. Estoy muy contenta de estar en la misma clase que él.
-¿Belinda? ¿Sigues despierta?- Eduardo se sienta a los pies de la cama y me observa.
Yo me hago la dormida e intento que no se de cuenta de que estoy muy nerviosa de empezar de nuevo. Cierro los ojos fuertemente y cojo con una mano la ranita de peluche.
-Te he oído dar pasos- Dice mientras se acerca a mí.
-Yo no me he levantado. Ni una sola vez- Digo severamente- ¿No sería Marisa?
-No, ella estaba profundamente dormida- Dice con temor- ¿No creerás que…?- Un golpe rompe nuestra conversación.
Edu da un salto y coge una raqueta de tenis que decora una de las paredes. Yo me levanto tras él y me aferro a la parte posterior de su camiseta.
Me sujeta la espalda y camina sigiloso. Entramos en la cocina y no hay nadie, entramos en el salón y no hay nadie, pero al entrar en el lavabo oímos algo.
-¿Quién está ahí?-Grita mientras abre la puerta bruscamente.
Manuel está sentado sobre la taza y se abraza las rodillas.
-¿Qué haces despierto?- Pregunta levantándose.
Yo no consigo moverme y Edu me abraza para tranquilizarme.
-¿Y tu que haces aquí?-Pregunta histérico.
-He llegado ahora y mis padres no me abrían la puerta. Recordé que aún llevaba una llave de tu casa en el bolsillo del pantalón y vine aquí.
-Lo primero- Digo recomponiendo la compostura- ¿Qué haces con una llave de esta casa? Y lo segundo ¿Qué haces con una llave de esta casa?
-Pues… ¿Las encontré?
-Anda, vete a mi cuarto y duerme. Yo dormiré en la habitación de Belinda que hay un nido.
-¿Tú vas a dormir con una chica guapa y yo en una fría habitación?-Dece enfadado.
-Quiero que ni te acerques a ella. Y no hay más camas en la casa así que lo tomas o lo dejas.
-Lo tomo. Lo tomo.
Todos vamos a nuestras respectivas camas. Eduardo cierra con llave su habitación para evitar que Manuel salga y hace la cama que hay bajo la mía.
-¿Te molesta que duerma aquí?- Dice preocupado.
-No, prefiero que estés aquí. Le tengo miedo-Digo susurrando.
Él se ríe y se mete en la cama, yo me doy la vuelta y miro a la ranita de peluche que yace aplastada contra la pared.
-¡Belinda! ¡Qué no llegamos!- Dice Eduardo mientras se abrocha la camisa y corre hacía el cuarto de baño- Tienes dos minutos, ya tengo el desayuno.
M e visto rápidamente y me tengo que colocar el pantalón dos veces porque me lo he puesto al revés.
Los dos salimos a la carrera y llegamos al instituto cuando están cerrando las puertas.
-Buenos días- Dice entrando en la clase.
Yo intento sentarme en uno de los pupitres, pero la maestra me secuestra antes de llegar.
-Chicos, está es nuestra nueva alumna. Preséntate querida-Dice una mujer regordeta y de zapatos planos.
-Soy Be… Belinda D'eau-Digo algo cortada. La profesora hace gestos para que prosiga- Tengo 14 años. Y me gusta leer y…- Echo un rápido vistazo a la sala y veo un pequeño cuadro en el que trae "Únete al equipo de fútbol"- ¡El fútbol!
Intento sentarme junto con Eduardo pero la chica maquillada de ayer se me adelanta. Me siento en la última fila, pero Eduardo se levanta rápidamente y coge el asiento que hay a mi lado.
-Bien- Dice la señora regordeta- Tenéis la primera hora libre para hablar con vuestro compañeros, yo iré a hacer unas fotocopias.
-Hola- Dice la chica maquillada- Así que sois amigos. Me alegro, bonita.- Me mira con odio unos segundos , pero al final pasa de mí y mira a Edu fijamente- Hay unos rumores muy feos de que vivís juntos. ¿No será verdad?
-Sí que lo es- Dice mientras saca los libros y los coloca en montones sobre la mesa- ¿Acaso te importa?
-Bueno… sabes que me preocupo por ti.
-Edu- Digo pasando de la chica- Tienes la camisa mal abrochada. Anda, ven aquí- Comienzo a abrochar bien los primeros botones. Pero lo dejo al ver la cara de la chica.
-¿Te crees muy lista?- Da un golpe en la mesa que hace que salte para atrás.
-¡No la asustes!- Eduardo está muy enfadado- ¡Déjala en paz!
La chica se va, pero primero me hace un gesto pasándose el dedo por el cuello.
-¿He hecho algo mal?-Digo preocupada.
-No, tranquila. Pero ya te dije que no hablaras con Julieta.
Acaba de abrocharse la camisa y mira a la ventana.
-Hola Jaime-Digo cuando le veo entrar en el aula.
-¿Habéis visto a Manuel? No ha aparecido.
-¡MANUEL!-Decimos los dos al unísono.
-¿Dónde está?-Dice Jaime contrariado.
-Nada, en un lugar…. Muy, muy lejano- Digo riéndome.
viernes, 1 de octubre de 2010
1: Ni Una Sola Palabra (Eduardo)
Me llamo Eduardo García, soy el típico estudiante de secundaria con los típicos amigos y las típicas preocupaciones. Bueno, al menos antes de su llegada.
Jaime, Manuel y yo estábamos sentados en la rampa de la pista de skate hablando, una hoja de libreta cayó sobre mi cabeza.
-Lo siento, se me ha escapado- Un chica de mi edad recoge la hoja y sale corriendo a reunirse con su amiga.
-Uff- Manuel se hecha para atrás y sube los pies- Ojalá tuviéramos una novia así.
-Siempre estás igual. Deberías mirar más el interior.
Mis amigos son muy diferentes. Jaime es un amante de los animales, todos le parecen interesantes y magníficos. En cambio Manuel es un mujeriego, pero nunca consigue novia.
-Sería divertido que una chica se uniese a nosotros. Podríamos cambiar de tema- Yo estoy harto del olor a mascota y de que las chicas me abofeteen.
-Tío, si tuviésemos una chica en el grupo saldría a los dos segundos- Jaime mira a Manuel enfadado.
-Será mejor que me vaya a casa. Mi madre estará llamando a estas horas para saber como estoy.
La noche cae temprana y me tumbo en la cama. Es aburrido estar siempre igual. Mi clase suele estar separada por grupos , así que no solemos relacionarnos con los otros al menos que nos sentemos juntos.
Mis pensamientos hacen que me duerma muy pronto, estoy muy cansado y mis parpados se cierran por completo.
-Chico, eh chico.
Abro un poco los ojos y miro el reloj de pulsera que se me ha olvidado quitarme. Las dos y media. Miro a mi izquierda y veo a una chica rubia de pelo largo y ojos azul intenso.
Viste una camisa blanca con un listón azul, una minifalda azul, calcetín blanco, zapatito azul y una larga túnica de color azul claro.
-¿Quién eres tú y qué haces en mi habitación?- Digo mientras saco un palo de golf de detrás de la mesita.
-Tranquilo, no te haré nada.-La joven me sonríe y mira divertida mi pantalón de ositos- Soy estudiante, tengo que pedirte un favor.
-¿Estudiante?
-Sí, soy estudiante de magia del instituto Gorze. De la república de Gilmon. Tendría que pedirte que me dejases acompañarte durante un tiempo.
No sé por que pero sé que esto no es un sueño y que la chica es realmente una maga, pero he de asegurarme. No voy a tener a una desconocida me siga.
-Demuéstralo.
-Ya lo hago- La chica vuela y gira alegremente en el aire sin ningún reparo- Ahora me crees.
-¿Sabias que no es normal presentarse en una casa a las dos de la mañana, decir que eres una estudiante de no sé donde y pedir a un desconocido que le puedas seguir?
-Ya lo sé, pero tú me has sido asignado. ¿A qué hoy una hermosa chica lanzó un papel a tu cabeza, fue a recogerlo y salió corriendo?
-¿Cómo lo sabes?
-Era mi compañera de clase Henrriqueta, quería saber si podrías ser mi compañero.
Me siento en la cama y pienso lo que me está sucediendo. Realmente es una chica preciosa y no parece tener malas intenciones ¿Debería dejarla o debería echarla de casa en este mismo instante? Decido la primero opción.
A la mañana recuerdo todo lo que ha pasado e intento pensar en el lío que me he metido. No puedo decir a mi familia o a mis amigos que tengo a una maga en casa.
La joven aparece por la habitación con una de mis camisas viejas y un vaquero de mi hermana.
-¿Qué te pasa?
-No sé que es esto- Dice mostrándome una batidora- Ni nada de lo que hay por aquí.
-¿En serio?
-En mi mundo aún no han llegado estás cosas.
Voy con ella al salón y comienzo a mostrarle distintos artilugios que creo que pueden parecerle interesantes. Ella abre mucho los ojos y se queda prendada del ordenador. Las imágenes en movimiento, que se pueden parar y reproducir le parecen maravillosas.
-¿Cómo te llamas?- Dice echando la silla hacía atrás.
-Eduardo García ¿Y tú?
-Beatriz Elena Lucía Irene Nadia Daniela Anasthasia D'eau.
-¿Y si de ahora en adelante te llamo B.E.L.I.N.D.A?
-Belinda… me gusta. Es bonito.
-Cariño he vuelto- Mi madre acaba de llegar de un viaje de negocios muy importante y corre para abrazarme. Se para en seco cuando ve a "Belinda" al ordenador- ¿Quién es?
-Es una amiga. Sus padres han muerto en un accidente hace un par de semanas y dice si se puede quedar un tiempo.
Mi madre es una amante de todo tipo de dramas, he dicho esto porque sé que la dejará quedarse en el cuarto de mi hermana.
-Mi niña, pobrecita. Tú no te preocupes de nada, puedes quedarte aquí con nosotros todo el tiempo que quieras. No hace falta que te preocupes- Dice entre sollozos- Vamos a preparar tu cuarto.
Belinda se va con mi madre y yo comienzo a deshacer su maleta. Desde que mis padres se separaron suelo quedarme sólo un par de días al mes. Mi padre ahora tiene una nueva mujer y un nuevo hijo y yo no quiero interferir en su relación.
Estoy intentando desayunar cuando oigo un chillido que viene de la calle.
Mi madre, Belinda y yo nos asomamos a las ventanas. Una joven está tirada en la calle y mira a un enorme camión que está a escasos centímetros de ella.
Mi madre respira tranquila y va a la pequeña habitación rosa. Mientras Belinda y yo nos quedamos en el salón hablando unos instantes.
-¿Qué es ese dragón?-Saca el brazo por la ventana e intenta agarrar al camión que comienza a moverse de nuevo.
-Eso es un vehículo. Sirve para moverse rápido.
-Ve-hí-cu-lo. Vehículo. Es un vehículo.
Mi madre sale del cuarto con unas camisetas y un par de vestidos.
-Ven, vamos a quitarte esa mugrosa ropa y a vestirte bien.
Comienzo a leer un cómic y a ver la televisión.
Soy una persona de lo más extraña. Una chica se presenta en mi casa, me dice que es una estudiante que me va a seguir un tiempo y yo estoy tan cansado que le dejo mi casa y mi ropa.Ya lo he dicho soy de lo más extraño.
-Tío, vienes a la piscina. Hoy hay una competición de natación- Manuel ya está abriendo la puerta antes de que me de tiempo a contestar- Será interesante.
-Y va a haber una demostración de saltos de trampolín. Suena divertido ¿No crees?- Jaime aparece de detrás de la puerta y saluda educadamente.
-Hola chicos- Mi madre vuelve a salir del cuarto- ¿Os podrías llevar a Belinda con vosotros? No quiero que se quede sola.
Belinda sale tras mi madre con un vestido corto con un gran lazo en la espalda, el pelo está ahora ondulado por haber llevado toda la noche el pelo recogido y los zapatitos con un poquito de tacón de mi madre la hacen mucho más alta.
-A mi no me molesta. ¿A vosotros?
-No. Encantado Belinda, soy Jaime.
-Encantada ¿Verdad? Yo soy Manuel.
-Dejad a la chica e iros rápido que no vais a llegar-Mi madre se tumba en el sofá con una revista.
En la calle todos se giran para mirar a Belinda. Esta va saltando por las baldosas y mirando a todos los animales que nos encontramos por el camino.
La piscina está llena de gente que va a ver la competición, tan solo unos pocos van a nadar por libre a la piscina cubierta del colegio. He de decir que la competición es en mi instituto.
-Mirad que de chicas- Dice Manuel mientras nos sentamos en las gradas.
-¿Qué es esto?-Belinda señala a la piscina entusiasmada.
-Una piscina. Cómo no podemos ir a la playa todos los días, tenemos unas cavidades que se llenan de agua para poder nadar.
Nos sentamos en las gradas durante media hora. Manuel contempla a las chicas y nosotros miramos las hermosas piruetas .
Ha pasado casi una semana y Belinda parece adaptarse. Si no llega a ser porque hizo estallar el motor de un autobús pensando que era un monstro y que ha a atacado a un patinador pensando que volaba.